El primer método radiométrico que se inventó se basa en el Carbono 14, pero sólo alcanza los 45.000 años de antigüedad. Con otros elementos se pueden datar yacimientos más antiguos. Algunos, como el Potasio/Argón, se han utilizado para datar yacimientos africanos muy antiguos, pero no sirven en general en el Pleistoceno europeo, ya que hace falta encontrar rocas volcánicas. Para los yacimientos en cuevas típicos de este periodo en Europa hay un procedimiento llamado series de Uranio, y se aplica a las costras estalagmíticas.
El método depende de un isótopo del uranio. Una costra se forma por precipitación de carbonato cálcico disuelto en agua. Esta precipitación produce cristales de calcita; como el agua lleva uranio, éste queda atrapado dentro de los cristales. Al formarse el cristal el reloj se pone a cero. Muchos años después, en una muestra de la costra se mide la cantidad de Torio, producto de descomposición del Uranio. Comparando la cantidad de Uranio inicial con la de Torio final se calcula el tiempo desde que se formó el cristal. Cualquier fósil encontrado bajo la costra es más antiguo que ésta; por tanto, la edad de esa costra será la edad mínima del fósil. El sistema funciona hasta los 350.000 años de antigüedad. Una variante conocida como ESR (Resonancia de Espín Electrónico) puede aplicarse a los huesos, dientes y espeleotemas. Este método mide el número de electrones liberados por efecto de la radiación ambiental.
Las variaciones son inevitables, y hacen que las edades tengan rangos amplios. Estos métodos, series de Uranio y ESR son los más utilizados en Atapuerca, y han servido para datar los niveles superiores de Trinchera y la Sima. En yacimientos mucho más antiguos, como los niveles inferiores de Dolina, hay que emplear un método completamente diferente: el paleomagnetismo
lunes, 15 de enero de 2007
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